viernes, 13 de noviembre de 2009

¿Presidente o Viejo Vergel?

Quizá en nuestro país se hayan vendido los peores licores del mundo. Matarratas los llama el puntual ingenio de la raza. Recuerdo haber bebido, en mis años de maldito poeta, un tequila que se llamaba Pancho Villa, su precio equivalía a la mitad del costo del Viudita de Romero, que asimismo era mortífero.
Pero creo que los peores de todos eran los brandis. Había, por ejemplo, un brandy Tijuana, del que nos bebimos un par de botellas, durante alguna terrible sequía. Anduvimos con lagañas durante cuatro largos días, temimos en algún momento de la cruda que nos quedaríamos así para siempre. Existían, sin embargo, otros menos letales, pero igualmente intragables. Sólo un par de veces, y orillado por la necesidad, probé el brandy Viejo Vergel, era horrible. Este matarratas era anunciado por un ruco carismático que decía llamarse Anthony Queen. Del comercial en el que aparecía el afamado actor lo he olvidado todo, quizá debido a los estragos que hicieron en mi persona los citados brebajes. Lo que sí recuerdo es que el copy writer que armó el mensaje publicitario hizo repetir a Mr. Queen un dicho que es lugar común en la cultura anglosajona: “If it were easy; everyone would do it”. El señor Queen, por supuesto, lo decía en un español impecable y pausado; agregando un ápice de grandilocuencia: “Si las cosas que valen la pena fueran fáciles; cualquiera las haría”. Dicha así, la frasecita es una obra maestra de obviedad y cursilería; pero también es simple y directa. (Aunque si a eslóganes de chupes vamos, mi favorito es el de “Agarra la jarra”, quizá porque tiene rima y es más conciso).
Sin embargo, la frase del Viejo Vergel sobre las cosas que valen la pena ha corrido con bastante fortuna y ha prevalecido a pesar de su enorme cursilería, o quizá gracias a ella. Son pocos los que recuerdan que con ella se exaltaba las cualidades de una bebida espirituosa. Más de un bruto, incluso, piensa que la frasecita salió de las neuronas de don Alcoholy Queen.
Dudo que el presidente Calderón haya aliviado alguna de sus crudas recurriendo a las bondades del Viejo Vergel, pero es seguro que sí quedó impactado por la dicción del actor gringo (quesque de origen mexicano) en el anuncio que presentaba el matarratas de la casa Vergel. Si he contado bien, Calderón ha citado el anuncio aquí aludido al menos en tres ocasiones. La última, fue hace un par de días en Monterrey, en el marco de un evento llamado “Cumbre de Negocios”. Es justo reconocer que el presidente ha sido lo suficientemente honesto como para citar la fuente. Así lo consigna la transcripción de su discurso en el portal de la presidencia. La frase, por cierto, con otra intención, que nada tiene que ver con la heroicidad, se ha vuelto popular entre los jugadores de póquer profesionales.
Pero eso no es todo. En alguna otra ocasión, en un foro internacional en Colombia, si mal no recuerdo, el jefe del ejecutivo citó al célebre escribano y comediante Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como Chespirito.
-¿Quién podrá defendernos? -Dijo nuestro presidente ante una azorada audiencia de pares suyos. En otros labios, estos incidentes serían eso, eventos insignificantes. Pero da la casualidad que la investidura es la investidura y si quienes la ostentan no la toman en serio. ¿Por qué tendrían que considerarla, por ejemplo, los mega empresarios que, amparados en una ley a modo, tributan una cantidad irrisoria, si se contrasta con sus ganancias? ¿Con qué argumentos pediremos cuentas a los valentones presidentes municipales que decidan aplicar la ley con métodos “poco ortodoxos”?
No sé si sea casualidad, pero los dos ejemplos, tanto el de Viejo Vergel como el de Chespirito, hablan de lo mismo a las mismas personas. Hablan de la necesidad de un héroe, hablan de la urgencia de ir más allá de nuestra cómoda inmediatez. Creo que el pueblo mexicano tiene un buen arsenal de heroísmo y valentía, pero también estoy convencido que se requiere de algo más que Chespirito para provocar un cambio en la actitud de mis paisanos.
¿Es que en todo su equipo de asesores no hay uno solo con algunos elementos de filosofía? ¿No hay algún historiador entre la corte de lambiscones que lo rodea?
Mientras encuentra uno, le obsequio una cita de André Gide, que parece de Ricardo Arjona: “Es imposible descubrir nuevas tierras si no te atreves a alejarte de la costa por un tiempo considerable”. Con este aforismo tampoco obtendrá respuesta alguna, pero al menos la investidura quedará un poquito menos abollada.