jueves, 16 de abril de 2009

Super Barack o denominación de origen a nuestra estupidez

Nuestra estupidez posee rasgos que la hacen única en el mundo. De ser exportable, la balanza de pagos se inclinaría con holgura hacia nuestro lado. Si no me creen, unos cuantos botones de muestra:
  1. Nuestro embajador en España no tiene mejores cosas que hacer que llevar agua al molino de los consorcios hamburgueseros, gracias a sus desgarradores reclamos contra un anuncio baladí en el que aparecen un guapo texano y un clown siniestro vestido de luchador, naturalmente mexican, panzón y ataviado con la bandera nacional a guiza de sarape. El anuncio de marras es completamente anodino, pero si lo contrastamos con el espot del IFE en el que una descerebrada caperucita rosa en vez de preguntar a su abuela algo del estilo de ¿Por que tienes los pies tan grandes y tan apestosos, abuelita? Le pregunta una sandez del estilo de: ¿En tus tiempos cómo votaban las mujeres? resulta ser una obra maestra del arte publicitario. Les aseguro que gracias al revuelo que armó nuestro embajador, si los del Mugre King decidieran vender la Toxican en México, se forrarían gracias a la publicidad gratuita desatada por nuestro insigne representante. Estiremos nuestro sospechosismo y comencemos a creer que el señor Jorge Zermeño Infante ha sido sobornado con un cañonazo de hamburguesas, cajitas felices, papitas fritas. Ya hasta se me ocurrió inventar una hamburguesa de Huitlacoche, envuelta en mixiote, que irá acompañada de un taco de suadero. Le encargaré a Mr. Zermeño que la promueva en sus ratos de ocio que imagino infinitos y aburridos.
  2. El país más racista de todo el pinche planeta, el nuestro, está a punto de sufrir un orgasmo masivo por la visita de un presidente que, además de gringo, es mulato. Alguien les dijo que debajo del traje italiano que porta, lleva el disfraz de Super Barack Hussein y ya hasta le quieren pedir que nos regrese los territorios que nos birlaron en el XIX. Tenga. Confieso que tuve el impulso de comprar un globo embarazado de gas helio y atarle una cartita que comience con esta frase: "Querido Barry, (así le decían antes de que se convirtiera en todo aquello que combatió a los 18) este año quiero que me traigas..."
  3. Con el terrible estado que guardan nuestras arcas de talento futbolero. Todavía existen ingenuos (mayores de 18 años, con credencial para votar y todo) que se emocionan con ese espectáculo insufrible llamado superclásico. Peor aun, hay quienes creen, que Super Aguirre el conquistador viene de conquistar Persia con sus ejercitos y está listo para hacernos campeones del mundo.
  4. Hasta los morrillos del kinder Gotitas de Cristal, que está a dos cuadras de mi casa, sabían que el ejecutivo tenía ya una sede para su cacareada refinería. ¿Por qué ningún góber mostró un gramo de dignidad y colmillo y los mandó a la gaver con su pasarela. Me cae que si Mr. Granier se hubiera fajado sus pantalonzotes (hace unas semanas) y hubiera dicho "No voy a jugar su pinche jueguito legitimador, métanse su refinería por el culo", me nacionalizo tabajqueño y hasta me afilio al institucional (RIP por sus siglas en inglés).
  5. Se necesita ser verdaderamente imbécil para emocionarse por la construcción de una Refi en tu terruño. ¿Cuándo nacieron? Como se mueven las cosas en este congal enorme llamado México, los cien mil melones acabarán en las arcas de Deschamps, Hildebrando, Mouriño & Asociados. ¿A quién emocionan las migajas? De la grave contaminación de la zona mejor ni hablamos.
  6. Estas son sólo cinco perlas, de una lista que podría ser tan larga como la escolta que acompaña al señor Barack Hussein. Los accionistas de País Salmonela han decidido crear el premio Carlo Cipolla a la estupidez más estúpida de cada mes (perdonen el pleonasmo pero es que la sobredosis de espots del IFE me está matado las pocas neuronas que perdonó el alcohol).

País salmonela, se une a la pena que embarga al compa JL Torres porque un ocioso (que quizá secretamente lo ama de un modo malsano) le ha saboteado su blog El Suicidómetro.