miércoles, 27 de mayo de 2009

Fauna electoral

Si el taxonomista Linneo hubiese tenido la oportunidad de conocer nuestras bellas y contaminadas tierras, se habría sorprendido de la fauna que prolifera por estos aciagos días preelectorales. Como un homenaje al célebre hombre de ciencia (ahora que lo cool es ser darwinista), hago una recopilación sucinta de los ejemplares que aparecen con bastante frecuencia en estos tiempos. Seguramente mi listado estará incompleto, pero se trata sólo de un modesto aporte, que será perfeccionado por las generaciones futuras de zoólogos. Si el agudo lector encuentra una nueva especie electoral, le suplico me lo haga saber, si consigue fotos, cuánto mejor, la ciencia y yo se lo agradeceremos.
Sufragi patrimonialis
Este espécimen es fácil de reconocer porque generalmente recorre grandes distancias a bordo de un vehículo pick up. No posee convicciones: tiene intereses. Cuando habla de política, no piensa en la forma de hacer que las cosas caminen mejor para los ciudadanos, piensa en la parte más jugosa del ejercicio del poder: el manejo del erario. Junto a él siempre se verá una manada de fieles incondicionales, que sabrán conformarse con las migajas que esta suerte de lobo alfa repartirá, llegado el momento. Tiene una fuerte debilidad por los reflectores. Se ha sabido de especimenes que se desplazan hasta 500 kilómetros por día, para sacarse fotos y conceder entrevistas. Tiene una fuerte noción territorial y antepone, a todas las cosas, la tranquilidad de la familia, de la suya por supuesto.
Trapecius vulgaris:
Tiene la habilidad del camaleón para adaptarse al entorno que lo cobije, debido quizá a su extraordinaria habilidad para cambiar de color. No es que carezca de ideología, simplemente sucede que su convicción es la de irle al “que gane”. Por eso, cambia de parecer más rápido que de ropa interior. Es una especie de carroñero evolucionado, con un agudo instinto de la oportunidad y cuando ve que las cosas mejoran para un grupo determinado, se hace recibir por este clan con extraordinaria facilidad. “Para lo que usted guste y mande” es su consigna. En temporada de apareamiento lanza terribles aullidos para atraer a su pareja. Aunque no se ha probado de manera concluyente, hay quienes aseguran que cuando está contento, emite sonidos parecidos a los de la hiena, sonidos que recuerdan el cantinflesco estribillo de: “Susórdenes, licenciado”.
Fatalitas terribilis:
Estos ejemplares habitan las zonas marginales. No lo sabe, pero ejerce el peor de los cinismos, piensa que “como todo va seguir igual” ni siquiera vale la pena quebrase la cabeza, si de todos modos va a ganar “el que ya sabes”. Entonces votará por “quien tú ya sabes”.
Sufragi ignorantiae:
Las condiciones infrahumanas en que ha vivido esta especie lo han convertido en un crédulo absoluto. Cree en los extraterrestres, en las limpias y en el futbol. Si le dijéramos que será barrendero en la nueva refinería, estaríamos presentándole el mejor de los mundos posibles. Este espécimen a veces se cruza con el anterior y engendra monstruosas deformidades.
Gremialis oratensis:
Estos especimenes nunca se encuentran solos, siempre van en grupos, parecidos a enjambres, juntos negocian exiguos beneficios para el grupo. Se rumora que pueden migrar en masa si su abeja reina así se lo pide. A cada uno de estos zánganos, le corresponde, llegado el momento, alguna prebenda. En ocasiones reciben un beneficio extra, mediante una rifa.
Burocratus acinus:
Tiene un puesto de mediano o, incluso, alto rango en el gobierno. Asegura que no milita en partido alguno y se declara apartidista cada que puede; sin embargo, cada vez que mira al licenciado pasar, lanza sentidos suspiros. Su ideología es la conocida ruta del gatopardismo, que todo cambie para que las cosas sigan igual. Cualquier alteración del status quo le aterra porque considera los cambios son nocivos para la estabilidad, es decir, la estabilidad de su hueso. Este huesívoro consumado, considera que el universo comienza y termina con la estabilidad que le debe a su canonjía.
Sufragi rationalis:
De este no se sabe nada, incluso se asegura que es una especie desaparecida o en extinción. Los cándidos optimistas aseguran que podría regresar en julio y que dejará en su boleta electoral una marca, que balconeará horriblemente a toda la clase política. ¿Cuál será esa marca? ¿Será la de "¿Chingue a su madre la partidocracia"?

Este pedazo de mala prosa apareció en la página 14 del periódico Milenio Hidalgo, este 27 de mayo de 2009.