sábado, 26 de diciembre de 2009

Los diez osos del 2009

Toda lista que pretenda destacar un reducido número de eventos acaecidos durante un periodo de tiempo, por breve que éste sea, estará condenada a cometer una injusticia. Simplemente aquello que es más cercano en el tiempo estará necesariamente más fresco en el imaginario de la gente. No es mi intención armar una lista de diez sucesos trascendentes. Por alguna razón, me interesa más la frivolidad, el cinismo e insensibilidad con que nos gobierna esta clase política tan desprovista de eso: de clase. La lista se presenta en riguroso desorden.
1. El oso de la ley antibesos en Guanajuato. En enero de este año el gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, vetó una ley mafufa impulsada por el alcalde de la capital del la citada entidad, Eduardo Romero Hicks. El Bando de Policía y Buen Gobierno, pretendía convertir en delincuentes a todos los jóvenes de la entidad. Pues en esta ley se prohibían los agarrones amorosos en la vía pública. La controvertida ley anti-faje fue, incluso, aprobada por el cabildo del municipio de Guanajuato. El gobierno estatal simplemente no publicó el bando en el periódico oficial del estado con lo que el proyecto abortó.

2. El oso del subsecretario de Agronegocios de la Secretaría de Agricultura, Jeffrey Max Jones. En la tradición del mejor foxismo, el lenguaraz subsecretario dijo, ante un auditorio de azorados campesinos, que es necesario seguir el ejemplo del narcotráfico, ya que produce lo que el mercado demanda y, además, usa tecnología. “Si hay alguien que sabe de mercado son ellos”. Apenas dijo esta sarta de pendejadas, la cabeza del señor Jones rodó por los suelos.

3. El oso de las grabaciones de Luis Tellez. “Salinas se robó la mitad de la partida secreta”. En este país mustio y espantado una frase puede signar el destino de un hombre. Esta frase, filtrada a un noticiero, en el que se escucha al entonces secretario de Comunicaciones decir algo que era dominio público, le costó el hueso a al señor Tellez.

4. El oso de la primera bola del doctor Carstens en el mundial de béisbol. Otra manera en la que una figura pública puede sellar su destino es presentándose donde no lo llaman. Hay que reconocer que tuvo valor nuestro secretario de Hacienda cuando se mandó confeccionar un traje de béisbol para presentarse a lanzar la primera bola, la que inauguraría el Mundial de Béisbol. “Yo salí contento, con abucheo y todo” -dijo el secretario, cuando le preguntaron sobre el particular, eso es tener aplomo.

5. El oso de la retractación de don Miguel de la Madrid. Este fue un año bastante movido para el expresidente Salinas, primero aparece en las grabaciones de Luis Tellez; luego, en una entrevista a otro expresidente que entre otras linduras dijo que estaba arrepentido de haber confiado en Salinas. El oso en este caso, no fue lo que dijo, sino cuando se desdijo. “Mis respuestas carecen de validez y exactitud” declaró a los medios un arrepentido Miguel de la Madrid.

6. El oso de la refinería del Bicentenario. A pesar de que en marzo de este año se anunció la construcción de la refinería del Bicentenario en tierras hidalguenses, a alguien en la paraestatal se le ocurrió organizar a la mera hora un burdo reality show en el que compitieron los gobiernos de Guanajuato e Hidalgo. Fue tal el borlote que se organizó que el gobierno del estado de Hidalgo llegó a exhibir cierto nerviosismo. Fue un oso porque nos deja ver la manera frívola e irresponsable con la que se toman las decisiones en nuestro país. El oso le costó el hueso a doctor Reyes Heroles.

7. El oso de Juanito. Todos pusimos nuestro granito de arena en esta deliciosa y alburera comedia. Desde un tribunal federal que al cuarto para las doce emite un fallo, con dedicatoria a lo que queda del pejismo. Luego la reacción, por todos conocida, del lopezobradorismo. Si alguna vez alguien desea ilustrar la irracionalidad de la política apocalíptica en este país, bastará con que refiera cada una de las etapas del espeluznante caso Juanito.

8. El oso de Eduardo Bours “el bello durmiente”. Metáfora más desafortunada no podía encontrar el entonces góber de Sonora Eduardo Bours, al equiparar su sueño con el de un bebito. El atroz asesinato de medio centenar de pequeños en una guardería del estado de Sonora será recordado como un caso emblemático de la impunidad que reina en este país.

9. El oso de la maestra al descubrir su propia cepa de la influenza humana. “Tendremos que estar atentos a los brotes de enfermedades capaces de cimbrar el tejido social a una enorme velocidad. Es imprescindible garantizar, y así se lo rogamos señor Presidente, gire instituciones, para que nuestras alumnos, los maestros, los directivos de las escuelas, la comunidad en su conjunto sean oportunamente vacunados contra la ‘influencia AHLNL’ ante el posible rebrote que sucedería en los meses invernales”. Esas fueron las palabras de la maestra, al iniciar el presente ciclo escolar. Los pedantes subrayados son míos.

10. El oso de Peña Nieto en el Vaticano. El papa Benito XVI le dio la bendición a ese personaje de telenovela que se ha convertido, según la encuestología, en el posible sucesor de Felipe Calderón. En nuestra política las dos nociones fundamentales de lo público y lo privado se desdibujan. Hay una línea invisible que hermana a Rafael Acosta y a Enrique Peña Nieto, ambos tienen una especial debilidad por las cámaras de televisión. Ambos poseen un amuleto del que nunca se desprenderán. La mugrosa cinta en el pelo de Juanito; el copete en el otro.
Ambos personajes son se antojan imposibles sin la presencia de los medios. Cada uno a su manera ha perdido todo vínculo con la realidad. Ambos viven ahora en una especie de reality show, con villanos y heroinas. ¿Será ese nuestro futuro como nación? ¿Nos convertiremos en un un show mediático de casi 200 millones de participantes?