miércoles, 11 de marzo de 2009

Arma tu propio proyecto de ciencias




De acuerdo con la parafernalia highsculera, que sistemáticamente nos receta el cine joligudense, (en películas tales como: Mi mamarracho adolescente y Pastel de pollo I, II, III y IV) todo alumno que desee, con fervor verdadero, ser alguien en la vida debe realizar, en un punto de su highsculera vida, un proyecto de ciencias. Este proyecto consiste, casi siempre, en hacer un volcán de plastilina y colocar en su interior unos sobrecitos de sal de uvas para luego provocar una reacción, con un chorrito de vinagre, y así conseguir que el volcán eructe. El mentado proyecto puede consistir, incluso, en inventar algo que ya esté inventado.

El equipo de Producciones País-Salmonela®, preocupado por lo paupérrimo de los citados proyectos, presenta un novedoso producto para desarrollar las habilidades cognitivas de los muchachos inquietos.

Amiguito, ¿qué esperas? Arma, con esta sencilla guía, tu propia cápsula del tiempo. Con ella podrás mandar, a los niños del futuro, preciosa información acerca de las distintas formas de vida que proliferaron en esta apocalíptica primera década del siglo XXI. Entusiasma a tus compañeros y dile a tu maestro que desquite su sueldo y que te ayude, con júbilo y entusiasmo, a realizar esta provechosa actividad pedagógica.


Bueno, ya estuvo bien de rollo y pongamos manos a la obra. Para salir bien librado y no morir en el intento de emular al científico Eutimio Popoca González, inventor del chicle bomba, necesitarás:


1. Una bolsa grandota de pañales desechables (de preferencia que no estén usados y que no tengan resorte).

2. Todo el poliestireno que puedas encontrar (en algunos lugares, este material de apreciables cualidades contaminantes se llama unicel).

3. Esmalte de tu color favorito, que entre sus componentes incluya cualquier tipo de solvente cancerígeno.

4. Una cajota de plástico, de esas que se usan en las pollerías para almacenar los cadáveres de las aves.

5. Objetos que desees que los niños del futuro conozcan, como pueden ser:

-Una carta en la que envíes saludos a los niños del futuro.

-Fotografías. Esta es una excelente oportunidad para deshacerte de todas esas fotos que te repugnan. Coloca en tu cápsula, por ejemplo, esa foto infame que te sacó tu tío Moncho, mientras cagabas en tu pequeña bacinica y apenas tenías 3 años. Puedes escribir al reverso de dicha foto algo así:

Una costumbre muy en uso en nuestra época era la ceremonia de tu Primera Exoneración, en dicha ceremonia se reunía toda la familia a presenciar el glorioso momento en que el pequeño logra arrojar su primera plasta en un recipiente y, con ello, dejaba de embarrarse con sus propias heces. Generalmente, la ceremonia era presidida por un ministro religioso y se realizaba utilizando la misma bacinica durante siglos, generación tras generación. Esta ceremonia era de gran trascendencia y era seguida de una fiesta en la que se servían bocadillos preparados con…

Exagera todo lo que puedas, al fin y al cabo este país no va a pasar del 2010 y nadie estará ahí para desmentirte. Los hijos de los nuevos colonizadores que lleguen por el estrecho de Bering, creerán todo lo que les digas.

Asimismo, en la cápsula temporal podrás incluir:

-Algún juguete que ya no quieras.

-Artefactos descompuestos.

-Muestras de tu música favorita.

-Películas chidas (por favor, repriman al nerd que llevan dentro y no incluyan nada de la Guerra de las galaxias, ni de Harry Potter ¡no mamen¡).

-Un video casero en el que tú y tus amigos saluden a los chamacos del futuro. No se hagan los ingeniosos, ni se rasquen la nariz mientras hablan, porque qué van a pensar los morros del futuro.

-Una postal con el bello paisaje de un basurero o de un río contaminado, en la que les digas a los muchachos del futuro que, cuando llegamos, el planeta ya estaba así.

-La sección cultural de cualquier diario de circulación nacional, o sea.

-Libros de poesía mexicana forrados con fotos de morras encueradas (harán creer a los niños del futuro que éramos inteligentes, bellos y desprejuiciados).

-Recorta los muñequitos que aparecen al reverso de este pliego y vístelos con la ropita de tu preferencia, elabora una descripción en la que expliques a los despistados del futuro las características esenciales de cada uno de los personajes que usaban estos atuendos. Usa tu imaginación, las descripciones no deben ser necesariamente apegadas a la realidad; lo relevante no es en sí cómo éramos, sino cómo nos recuerdan).


Nota importante

Procura no mandar demasiadas porquerías porque lo peor que puede pasar es que tu cápsula sea confundida con ordinario relleno sanitario, o sea, simple basura.

No entierres seres vivos, ni comida, ni medicinas (esto incluye viagra y tachas), ni bombitas para alargar el pene, ni cosas relacionadas con la política, ni uniformes de futbol, ni revistas de chismes, ni la dentadura de tu abuela difunta. Ni por equivocación vayas a enterrar libros de Carlos Trejo, ni de Charlie Cuau, ni del tal Coelho, digo, está bien que los chicos del futuro piensen que fuimos una bola de irresponsables; pero no que crean que nos extinguimos por pendejos.



Instrucciones:

Rellena la caja que le robaste al pollero con esos objetos que deseas que encuentren las generaciones venideras. Acomoda bien las cosas, coloca trocitos de poliestireno en los huecos. Decora el exterior de la caja, escribiendo, al final, esta nota en la tapa:


No me destruyas; sólo soy una inocente cápsula del tiempo,

traigo información valiosa de los chicos del pasado :-)


Hecho esto, dile a tus compañeritos que te ayuden a hacer un hoyo, idéntico a los que hay en los panteones pero más pequeño, rellena el fondo del agujero con trocitos de poliestireno y, encima de esta cama, coloca tu cápsula. Luego, cubre con una capa de pañales desechables, otra de unicel, luego otra capa de pañales y luego una capa de tierra y listo. Tu proyecto de ciencias está listo.

Nos vemos dentro de 500 años.

Por cierto, esta Salmonela salió en un formato de cartel coleccionable en la revista Indie Rocks de marzo-abril.