miércoles, 18 de febrero de 2009

11 pasos y medio para que aprendas a creer en ti

  1. Debes estar convencido de que no se puede andar por la vida si no eres capaz de creer en ti mismo. Si no estás convencido de esta verdad rotunda, es inútil que sigas. Primero ve a hacer 200 planas del siguiente enunciado: "Debo creer en mí mismo"; corre, aquí te espero.
  2. ¿Ya estuvo? Bien. Para saber si de algo sirvió el propedéutico, párate frente al espejo y pregúntate al chile "¿Me prestas 1000 pesos?", si tardas más de tres segundos en responderte: "Claro"; o si te contestas: "¿Y cuándo me los pagas? es que estás viviendo en el limbo de la autoincredulidad. Es momento de aplicar el paso 3.
  3. Empieza a creer en ti mismo de a poco. Puedes comenzar por encargarte pequeñas tareas, nada complicado, abrocharte las agujetas, usar los cubiertos, sacar al perro a cagar, hacer un huevo revuelto. Si sales bien librado en este punto y no se te perdió el perro, no te envanescas, no intentes todavía limpiarte el culo tú solito, ni se te ocurra hacer el nudo de una corbata (muchos incrédulos para sí mismos se han enredado y hasta han muerto asfixiados por esos nudos sutiles).
  4. Si has sobrevivido a los tres primeros pasos, estás listo para acciones más contundentes. Esto no significa que ya comenzaste a creer en ti, para nada. Sin embargo, ya puedes comezar a permitirte cierto trabajo en el exterior. Vístete con tu ropa dominguera, sal a darte un rocanrol, sin dejar de sobar el siguiente mantra: "____________(aquí va tu nombre, nada de apodos) creo en ti, eres maravilloso, tú vales mucho, nunca cambies" Repítelo en voz baja sin parar.
  5. El mantra del punto anterior no tiene como finalidad sembrar la fe en ti mismo, ya estás lo suficientemente grandecito como para saber que nadie mejora un ápice repitiendo pendejadas de ese estilo. Sólo es para mantenerte ocupado y dejes de pensar que eres un triste pendejo. Por algo se empieza. ¿Ya dejaste de pensar que tu vida es un error? Si tu respuesta es afirmativa, pasa al siguiente punto; en caso contrario, pasa de nuevo al primero, pobre diablo, ni para eso sirves.
  6. En este punto, a mitad del tratamiento, te invitamos a preguntarte, con honestidad, cuál es el trabajo de tus sueños.
  7. Si no escogiste algo parecido a Coordinador de Asesores del Gabinete o Consejero del IFE, o padrote de la justicia mexicana, es decir, ministro de la suprema corte. Regrésate al punto 2. Pinche inútil, vales mucho menos que una ladilla.
  8. Estamos en el momento álgido del proceso, en el que se confronta la teoría con la cruda realidad. De acuerdo con ésta, sabes a ciencia cierta que ni en un sueño de bazuco vas a codearte con los chicarcas que parten el queso. En este kilómetro se desinflan la mayoría de los concursantes de este autoestimódromo clonado que es la realidad mexicana.
  9. Si el asumir como hombrecito que nunca se completará tu sueño, te deja indiferente, pasa al punto diez; si te deprimió un chingo y dos montones, aborda la próxima serpiente con calcomanía 2 y engomado color rosa y regrésate a la casilla número 4, no sirves para nada.
  10. Ahora que ya comienzas a creer en ti, estás en posición de ser tu propio fiador, tu testigo de ocasión, tu confidente: tu herue, papá. Por lo tanto ya estás preparado para saber que en este país el hecho banal de que los autoestimómetros se exciten a tu paso le vale madre al 99% de la población. Si esto hace que te parpadee el culo, ni hablar, a partir de aquí no hay retorno. Sigue hacia adelante porque el gran queso está tan cerca, que podrás percibir su rancio aroma.
  11. Con todo lo que ya conseguiste, estás listo para fundar un congal que tenga un nombre del estilo de "Centro Nacional para el Desarrollo de las Potencialidades Humanas A. C." ya sabes, un lugar en el que les puedas decir a toda la bola de pesimistas que son lindas personitas y que se merecen todo, por el simple y anodino hecho de existir. Otra opción viable es la de escribir un libelo que lleve como título: "El camino". En ese libro describirás cómo, después de estar pregunte y pregunte, una voz entre cavernosa y paternal te contestó: "La respuesta está dentro de ti".

11.5 Ahora que estás listo para vivir del proxenetismo emocional, ni por equivocación te des de alta en Hacienda; lidiar con esos crápulas te hará perder todo el terreno conquistado, mejor consigue los recibos de honorarios de alguno de tus amigos.

martes, 17 de febrero de 2009

Cartel FICCO: Sospechosismo

Qué chingón cartelito me mandé a hacer.
El de The Economist
El de marcelo y sus secuaces


  1. En la república del sospechosismo y el complotismo, nos encontramos con algunas casualidades en el concurso para la elaboración del Cartel del FICCO.
  2. Lo primero que salta a la vista es que el cartel no es del todo original, pues ya aparece una idea muy parecida en un cartel que promociona la diario inglés The Economist y que data del 2007.
  3. Pero pensemos que es casualidad y ya que en casualidades andamos, podemos encontrar otras cuantas:
  4. Los colores del cartelito son los colores del partido que gobierna el la Ciudad de México, es decir, el PRD. Hay quien puede decir que es simple coincidencia.
  5. Pero también la idea excelsa de imponer esa enormísima cursilería de bronce que es el pinche angelito de la independencia, como referente, coincide conceptualmente con la campaña que ha iniciado el Gobierno de la Ciudad para proyectar la ciudad a “Nivel Internacional”.
  6. Este concurso, por cierto, también ha estado plagado de irregularidades (¿otra coincidencia?).
  7. El gobierno de la Ciudad de México tiene un convenio de colaboración con los organizadores del FICCO, através de su Secretaría de Cultura, lo cual incluye mecanismos de apoyo institucional; es decir, lana de los contribuyentes para la realización del festival.
  8. El gobierno de la ciudad tiene derecho a proyectar la imagen de la ciudad que desee. Incluso podían haber establecido abiertamente sus condiciones, e imponer a los del FICCO un diseñador amigo, pero la legitimación que otorga el concurso, reza el clásico: “No tiene precio”.
  9. La nueva ley electoral prohíbe a los partidos políticos comprar tiempos electorales, ya que éstos los otorga el IFE. Sin embargo, esta famosa y controvertida ley sólo sirve para propiciar situaciones como la que ahora denunciamos; en otras palabras, abona la perversa lógica del sospechosismo.
  10. En resumen, estos ojetes habrían matado, como mínimo, tres pájaros de un tiro. a) Utilizaron el festival y el concurso de cartel para dar proyección a su parafernalia partidista. b) Esquivaron la ley electoral, pues nada les prohíbe “apoyar” un festival como es el FICCO y nunca podremos probar que así fue; por eso, brillante lector, lo exponemos en nuestro sitio. c) Se dan un gran paquete apoyando la cultura, específicamente, el cine que se proyecta gracias al FICCO, de cuya extraordinaria calidad no dudamos ni un ápice.
  11. Honestamente, los de Salmonela, consideramos que no habría bronca, pero imaginen la frustración de los diseñadores en ciernes que, de buena fe, participaron en el concurso de cartel y; además ¿porqué enturbiar algo tan chingón como es un festival de cine y los carteles que nos invitan a gozarlo?
  12. Hay más cosas, pero este asunto es de franca y definitiva hueva y como dijo el maestro Sancho Panza: “Que con su pan se lo coman”.

domingo, 15 de febrero de 2009

2009, AÑO INTERNACIONAL DE LA DESCONFIANZA


País-Salmonela desea establecer este 2009 como el año internacional de la deconfianza. Asimismo, desea reivindicar este sentimiento y contribuir a restaurarle un poco del brillo que los Fundamentalistas del liderzago y la Chaqueta mental le han escamoteado.
No nos interesa destacar ningún aspecto trascendental del recelo, nos interesa el simple y bendito derecho que tiene todo ser humano a desconfiar (hasta de su propia sombra). Revitalicemos la desconfianza pa que ya no nos sigan viendo la cara de pendejos, usémosla como la lámpara del orate del barril.
Este 2009 vamos a ejercer metódicamente la desconfianza.
Este manifiesto a favor de la despenalización de la desconfinaza incluye una somera lista (que bien podría ser infinita) de todo aquello que debe ser objeto de desconfianza.

Desconfía de cualquier pendejo que te diga que te va a decir cómo encontrar empleo, cuando es obvio que él ha sido incapaz de hallar jale y por eso se dedica a vender choros.
Desconfía del merolico, trajeado o ensotanado o encuerado, que te quiera enseñar cualquier cosa y cuyo primer consejo sea "Cree en ti mismo". Dile que si te la sigue mamando, te la va a desprender de su sitio.
Desconfía de los tacos de a dos pesos.
Desconfía de los senos de más de kilo y medio.
Desconfía de los presidentes con una rancia prosapia de cantina.
Desconfía de aquellos a los que la obra de Foucault sólo les ha servido para morder el bocado del cinismo más rascuacho, frívolo y acomodaticio.
Desconfía de la desconfianza fingida de los émulos de Bukowski.
Desconfía de le expresión "los datos duros".
Desconfía de los que hablen de "la alteridad" o "del otro" en cualquiera de sus presentaciones; estadísticamente está probado que aquellos que usan esta expresión son definitivos hijos de puta. Lobitos ajuareados de oveja.
Desconfía de la mujer que no te deje ver sus manos.
Desconfía de la mujer que te muestre los senos sin que se lo pidas.
Desconfía de la inteligencia que no sea desconfiada.
Desconfía de las sopas instantáneas.
Desconfía de los que desconfían de lo viejo.
Desconfía de los que desconfían de lo nuevo.
De los escritores que lanzan libros como si fueran pedos.
De los paquetes de los restoranes que digan "Coma todo lo que quiera".
De las escuelas cuyos pasillos estén desiertos en horas de clase.
De los luchadores sociales, cuyos calzones los lave una criada. Aunque se dirija a ella con cariño y en diminutivo (Chonita, Conchita, Estelita). Este punto aplica también si la criada es, además, madre del contestatario.
De los luchadores no sociales que no sangren en el cuarto asalto.
De los políticos boxeadores.
De los políticos no boxeadores.
De los policías en todas sus presentaciones.
De las escuelas que usan uniforme.
De las autoridades que al escuchar la palabra cultura, piensan en el jarabe tapatío.
De los pendejos que dicen taekuandoines, en vez de taekuandoistas.
De los imbéciles que saludan diciendo "Buen día", en vez del castellanísimo "Buenos días".
De los gramáticos de a peso que escriben blogues con entradas: que tengan por título: Instrucciones para...
De las alcantarillas sin tapa.
De los planes anticrisis.
De los poetas que, después de los 30 años, vivan con su madre.
Desconfía de los concursos para el diseño de cartel del FICCO, porque, curiosamente, premian fusiles (por encargo) que llevan los colores del Sol Azteca, en un festival patrocinado por un gobierno que lleva esos mismos colores.
Desconfía de los que creen que traducir sus pendejadas al pagüer point o ponerle foquitos a una pirámide es entrar por la puerta grande a la innovación tecnológica.